Es importante señalar que no todas las formas de terapia son adecuadas para todos los perros. Por lo tanto, es aconsejable consultar a un veterinario para determinar la mejor forma de terapia para su perro.
Otros aspectos a tener en cuenta son la selección de perros adecuados, la formación cuidadosa de terapeutas y perros, el cumplimiento de las normas de higiene y seguridad, y la consideración de las necesidades y preferencias individuales. También es importante controlar y evaluar el efecto de la terapia para asegurarse de que surte el efecto deseado.
Para que la terapia canina sea segura y eficaz, hay algunos aspectos que deben evitarse. Por ejemplo, nunca se debe obligar a los perros a interactuar con personas si no lo desean. Del mismo modo, nunca deben utilizarse perros agresivos en la terapia. Además, hay que respetar las necesidades y limitaciones individuales de las personas implicadas y evitar sobrecargarlas o ponerlas en situaciones incómodas.